...el único sonido que llegaba a sus oídos era el de los grillos; era la comodidad y el conforte que daba el silencio el que evitaba que el torbellino de palabras brotaran de sus labios, sus labios resecos [por falta de uso dirían por ahí]; era la simple comodidad de "el no decir nada," de "el no pensar nada y todo a la vez," de sentir el propio calor y el propio estado de ensimismamiento. Él comprobó que era cierto, quiero decir, él sentía seguridad con la simple presencia de otra persona ahí. Alejarse de ahí, y simplemente preguntarse porque había personas a las que no les importaba el lastimar a alguien mas por un poco de esos papeles que dominan nuestra situación económica, preguntarse porque el sentimiento de calidez del primer día parecía agotarse, preguntarse...

La brisa reclamaba lo suyo, pareciendo molestarse de que todavía hubiese cuerpos oponiéndose a su naturaleza, subiendo lentamente del pasto y llegando directamente a sus irritadas vías respiratorias que amenazaban con romper con la atmósfera, sí, justamente como dicen por ahí "el viento de la noche gira y canta", resaltando ese frío creado entre las dos personas. Las circunstancias parecían juntarse [las ironías situacionales de las que la vida parece disfrutar] para llegar a ese punto, en el que la veracidad de las aseveraciones parecen concretarse o deshacerse con las pruebas presentadas; y es que ¿es tan difícil darse cuenta de que en verdad no se le estaba demostrando interés? [alguna vez alguien le había dicho "una cosa es que este buscando o no algo serio y otra cosa es que no se muestre el interés" y es cierto]...

Él reparó en un detalle, al estar en un parque la oscuridad debería ser casi absoluta; y entonces sucedió, ese pequeño análisis fue una catarsis para él; la misma luna que los había visto tirados en el pasto, la misma luna que los había visto el primer día, la misma luna que los vio también el segundo, la misma luna que había sido prometida... esa luna estaba ahí; el mar de preguntas se tornó violento dentro de sí, exigiendo las respuestas que se habían negado con acciones. Sí, la comodidad siempre es lo más fácil y sin embargo él estaba seguro [y siempre lo había estado] de que no le gustaba lo más fácil, simplemente le gustaba lo correcto y casi nunca lo correcto era fácil. El letargo milenario tenía que desaparecer y las acciones tenían que empezar...

1 comentarios:

Mi madre!!... me ha gustado tanto la entrada que me he cagao en la leche al leerla... es tan...autoleíble... y por eso me refiero a que es tan fácil tomar el lugar de esa persona, y sentir como él, con las mismas preguntas, las mismas emociones... carajo!!... felicidades man!

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